Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola
Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe
Fuente: Cinco
siglos del destino marítimo del Perú, de Esperanza Navarro Pantac:
Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016
Efemérides Navales de Hoy 10 octubre
10 de octubre 1822: Primera Campaña a Puertos Intermedios. Zarpa del Callao una fuerza de aproximadamente cuatro mil hombres para atacar a las fuerzas realistas en el sur, conjuntamente con una fuerza que viene de Chile. La escuadra, al mando del almirante Blanco Encalada, opera desde Iquique hasta Pisco. Las fuerzas patriotas son derrotadas en Torata (19 de enero 1823) y en Moquegua (21 de enero 1823), logrando ser reembarcadas en Ilo.
EL PLAN
El Protector José de San Martín, mientras estuvo en el Perú, se dedicó a la organización de su ejército y a bosquejar su plan de campaña, que fue denominado "Plan de Campaña por Puertos intermedios”. Consistía este plan en atacar a los realistas por tres frentes:
• Un ejército expedicionario embarcado en el Callao debería de atacar a los españoles por los puertos intermedios del Sur, es decir, los situados en la costa entre Arequipa y Tarapacá.
• Otro ejército salido de Lima atacaría a las fuerzas realistas por la región del Centro, para evitar que se unieran a las del Sur.
• Un ejército argentino atacaría a los españoles por el Alto Perú (actual Bolivia), con igual objetivo.
Pero para la realización de este plan era necesaria la ayuda del Libertador Simón Bolívar, que desde Colombia conducía victoriosa la Corriente Libertadora del Norte, ayuda que San Martín no logró conseguir en la proporción que consideraba necesaria y, por ello, no llevó a cabo plan durante su permanencia en nuestra Patria. Tras su retiro del Perú en 1822, su plan fue puesto en práctica por el gobierno peruano en dos oportunidades, ambas sin éxito.
FUERZAS PATRIOTAS
La expedición que abriría campaña en los puertos intermedios sumaba aproximadamente 4.490 hombres repartidos en tres divisiones: 1.700 eran argentinos, 1.390 peruanos y 1.200 chilenos. Cada división conservaba su propia bandera e insignias nacionales. Pero en términos reales, los peruanos cubrían las dos terceras partes de los efectivos totales del ejército expedicionario, pues aparte de la Legión Peruana de la Guardia propiamente dicha, el resto de las divisiones argentina y chilena cubrían sus bajas o plazas faltantes con elementos peruanos, en una proporción que iba de la mitad a algo más del total de sus efectivos. Los reclutas peruanos provenían en su mayor parte de las montoneras o partidas de guerrilleros de la región central del Perú, las cuales tuvieron una activa y decisiva actuación en la guerra de la independencia, que no suele ser reconocida por la historiografía argentina y venezolana, que concede todos los méritos del triunfo independentista a las hazañas de San Martín y Bolívar. Estas tropas, con el nombre de Ejército Libertador del Sur se embarcaron en el Callao el 10 de octubre de 1822. En Lima se quedó una fuerza de 4.000 hombres denominada Ejército del Centro al mando del general argentino Juan Antonio Álvarez de Arenales, con encargo de atacar a los realistas por Jauja. A ella debía sumarse la división colombiana al mando de Juan Paz del Castillo, que había sido enviada por Bolívar atendiendo el pedido de ayuda que le hiciera el gobierno peruano. Pero Paz del Castillo se negó a entrar en acción aduciendo la falta de equipamiento de sus tropas; aunque tampoco deseaba actuar como subordinado de Arenales. En realidad, este oficial colombiano seguía las órdenes expresas de Bolívar, que deseaba mantener intacta la división enviada desde Colombia. Esta defección en el bando patriota impidió que Arenales iniciara a tiempo su accionar, el mismo que finalmente tuvo que ser suspendido.
LA PRIMERA CAMPAÑA DE INTERMEDIOS
El Ejercito desembarcó en Arica, al mando del general Rudecindo Alvarado, con el objetivo de derrotar al grueso de las tropas reales intactas en el sur y consolidar la independencia. Le salió al frente el Ejército Realista soldados al mando del Gral. español Gerónimo Valdez con 1500 soldados. Éste, al ver las indecisiones y la mala estrategia de Alvarado, buscó atraer al enemigo a un lugar apropiado donde compensar su inferioridad numérica, mientras esperaba los refuerzos del ejército de Canterac proveniente de Puno. Se ubicó en las alturas de Torata camino a Puno; el lento Alvarado lo siguió allí.
BATALLA DE TORATA
Se realizó el 19 de enero 1823. El ejército realista bajo el comando del Brigadier General Jerónimo Valdés, tenía menos efectivos pero que contaba con aguerridos oficiales como García Camba, Ameller, Espartero (Futuro Regente de España), se situó en los Altos de Valdivia o Alto Torata. Alvarado atacó cuesta arriba en un movimiento calificado por los oficiales realistas como "débil y falto de arte". En respuesta, el “Gerona” de Ameller, formado por soldados españoles peninsulares atacaron a los independentistas aún en marcha. Al grito de Viva el Rey se lanzaron cuesta abajo rompiendo y dispersando a los independentistas. Viendo el éxito de esta acometida, Valdés ordenó el ataque pronto y general de toda la infantería y caballería disponible. Espartero cargó contra la Legión Peruana, donde militaba Domingo Nieto. Esta Legión mandada por el teniente coronel Pedro de la Rosa al grito de "¡Venid, españoles, venid y probad el valor de la Legión!" se condujo bien y recibió la carga de la caballería y la infantería realista, retirándose únicamente del campo tras haber perdido las tres cuartas partes de su efectivo. La lentitud y la incapacidad de Alvarado para decidir la batalla a su favor permitieron que las 5 p.m. hiciera su aparición en el campo realista el general Canterac con los primeros refuerzos. La victoria costó a los realistas 250 hombres "irremplazables por su calidad". El ejército unido perdió 500 soldados entre muertos y heridos; los realistas les calcularon en 700 bajas, incluso 27 oficiales heridos que fueron capturados. El ejército realista reforzado alcanzó un número similar al de sus contrarios, 1.765 soldados de infantería y 757 de caballería lo que les daban confianza en un próximo y definitivo triunfo. Dos días después de la acción de Torata ambas fuerzas volverían a enfrentarse en la batalla de Moquegua.
BATALLA DE MOQUEGUA
El 21 de enero de 1823, ambos ejércitos se volvieron a enfrentar, quebrada del Cementerio de por medio. A las 8 a.m. del día 21 de enero los realistas avistaron al ejército unido formado en batalla teniendo su izquierda apoyada en las casas de Moquegua. Su línea de infantería se extendía a lo largo de un terreno defendido por un barranco escarpado (aledaños del Gobierno Regional de Moquegua). El camino real Moquegua Samegua estaba protegido por su artillería no así la derecha de su línea formada por una árida elevación que se encontraba desguarnecida. La escasez de municiones, las rencillas entre los jefes, la moral del soldado afectada por el contraste del 19, y más que todo, las desacertadas disposiciones del general Alvarado, dieron por resultado una nueva derrota para los republicanos. El Ejército Unido se dispersó desordenadamente abandonando el campo de batalla, a excepción de los “Granaderos a Caballo de San Martín” al mando del comandante Juan Lavalle quien ordenó cubrir la retirada. Cuando la caballería realista de Francisco Solé se lanzó en persecución de los dispersos, los Granaderos cargaron sobre la caballería realista deteniéndola y logrando evitar que los infantes fueran cercados y pudieran alejarse. Varias veces repitió el regimiento esta acción ganándose el respeto de los jefes realistas ante tan bizarro proceder.
Ricardo Palma escribió la tradición “Una Frase Salvadora” sobre los “Granaderos de San Martín” caídos valerosamente en Moquegua: Los mil quinientos dispersos de Alvarado, perseguidos de cerca por el formidable ejército realista, desesperaban por llegar al puerto de Ilo, para reembarcarse en los transportes del Almirante Guise y salvarían de ser victimados. Doscientos veinte granaderos a caballo, del comandante don Juan Lavalle, se encargaron de proteger una retirada con el aspecto de ¡sálvese el que pueda¡. El enérgico Lavalle, siempre que veía a los infantes próximos a ser envueltos por el enemigo, se lanzaba con sus granaderos, sable en mano, sobre las columnas realistas, dando así lugar a los patriotas para adelantar camino. Y de estas cargas dio cuatro, saliendo de cada una de ellas con veinte o treinta hombres menos; pero el objeto estaba conseguido. Los mil quinientos infantes se alejaban siquiera una milla de sus perseguidores. Después de la cuarta arremetida, Lavalle contó su gente. ¡Ciento quince hombres! Los demás sucumbieron heroicamente.
El balance de la batalla fue desastroso para los republicanos quienes tuvieron 700 hombres muertos y más de 1.000 prisioneros. Las bajas totales realistas fueron estimadas en 150 muertos y 250 heridos. El Ejército Libertador del Sur fue completamente destruido. Fue un serio descalabro para los independentistas; de los 4.300 hombres que partieron de Lima sólo retornaron aproximadamente 1.500. Después de la batalla, por defender la causa de la independencia, la Ciudad de Moquegua fue sometida a 15 días de horror. Inicialmente se dio orden de degüello; por intermediación frailes españoles del Colegio de Propaganda, se cambió por orden de saqueo general. El dinero en efectivo robado, las recuas confiscadas y los daños causados en viñas y bodegas del valle se valorizaron en 3 millones de pesos. Esta deuda con Moquegua no fue reconocida por la nueva República Peruana, hasta 1871, por considerarla parte de la impagable deuda española.
10 de octubre 1849: Se da la Ley para la exploración y navegación de los ríos Amazonas y Madre de Dios.
10 de octubre 1912: El destructor cazatorpedero Teniente Rodríguez zarpa de Tolón con rumbo al Callao, para incorporarse a la Armada Peruana.
Teniente Rodríguez (ex-Actée)
Construído por Schneider, Chalon-sur-Saône, France
Destructor caza torpedero Clase Chasseur
Colocación de la quilla 1907
Lanzamiento 1909
Adquirido incompleto por el Perú en 1911
Completado 1911
Baja 1939
Desplazamiento normal: 490 t
Desplazamiento máximo: 520 t
Eslora: 64.4 m
Manga: 6.54 m
Calado: 3.1 m
Ejes: 3
Máquinas: 3 Turbinas de vapor Schneider-Zoelly y 4 calderas du Temple
Potencia: 8,600 HP
Velocidad máx: 28 kts
Combustible: Petróleo 100 t
Autonomía: 1,400–1,500 mn (2, 600–2,800 km; 1,600–1,700 mi) at 10 knots (19 km/h; 12 mph)
Armamento: 6 cañones de 65 mm / 50 cal; 3 tubos lanzatorpedos de 450 mm (Uno de ellos en la proa)
Buques en la clase Chasseur
CHASSEUR (Usó carbón en vez de petróleo)
10 de octubre 1921: La Ley N° 4360 declara Día de la Marina el 8 de octubre.
10 de octubre 1942: Después de un viaje de cinco meses llega a Iquitos el remolcador Tigre, cumpliendo con éxito una travesía desde Nueva York hasta el primer puerto fluvial de la Amazonía. El Tigre, comandado por el capitán de corbeta Gustavo Mathey, trae a remolque dos de las chatas adquiridas por el gobierno para ser incorporadas a la Compañía Peruana de Vapores, destinadas a facilitar el transporte de productos de Loreto a los puertos fluviales de Brasil.
10 de octubre 1958: Fallece en Lima el contralmirante Héctor F. Mercado Silva, ministro de Marina y Aviación (1935-1937).
Hijo del doctor Gregorio Mercado y de Lastenia Silva. En 1901 ingresó a la Escuela Naval, de donde egresó como guardiamarina en 1905. Pasó a servir en el vapor Constitución y luego fue enviado para entrenarse en la escuadra estadounidense. De regreso al Perú, pasó a servir a bordo del Almirante Grau y luego del Coronel Bolognesi. A fines de 1910 fue enviado a Loreto como segundo comandante de la cañonera América, integrante de la flota fluvial de la región amazónica. Participó en el combate de La Pedrera, en el río Caquetá, librado de 10 a 12 de julio de 1911, triunfo peruano sobre los colombianos que habían invadido dicho puesto. Tras un breve retorno a Iquitos, regresó al Caquetá al mando de la lancha Elisa, patrullando la zona hasta octubre de dicho año.
Ya como teniente primero, en 1912 viajó a Francia integrando la dotación del crucero acorazado Comandante Aguirre. En 1913 regresó a la Amazonía como comandante de la lancha Iquitos, siendo nombrado después segundo comandante del destructor Teniente Rodríguez. En 1917 fue nombrado comandante del vapor Chalaco. Entre 1920 y 1925 fue capitán de puerto de Paita, Pacasmayo y Talara. Luego integró la comisión que a bordo de los vapores Ucayali y Rímac viajó al sur para vigilar el anunciado plebiscito de Tacna y Arica, que no llegó a realizarse (1925). En 1927 pasó a ser comandante del Teniente Rodríguez. En 1930 fue jefe de la Casa Militar, hasta la instalación de la Junta de Gobierno de ese mismo año. Luego fue comandante de la Base Naval de San Lorenzo (1931) y capitán de puerto del Callao (1932). Participó en la guerra con Colombia, teniendo bajo su mando a la Fuerza Naval Avanzada del Atlántico (1932-1933). Durante el segundo gobierno del general Óscar R. Benavides fue ministro de Marina y Aviación (1935-1937). Pasó al retiro en 1949 con el grado de contralmirante.
10 de octubre 1981: Se afirma el pabellón nacional en la Base Naval de Chimbote.
10 de octubre 1987: Es comisionada la fragata misilera BAP Mariátegui.
10 de octubre 1988: Se produce en la localidad de San Pedro (Ayacucho) un enfrentamiento entre las fuerzas de la subversión y la patrulla de combate de la Base Contrasubversiva de Luisiana.
10 de octubre 1989: El congreso Nacional de Bolivia declara a Miguel Grau Héroe Nacional, mediante Ley N° 1112, promulgada el 12 de octubre.
10 de octubre 2014: El Ministerio de Defensa firma con la estatal Canadian Commercial Corporation (CCC) el contrato para la adquisición de cinco helicópteros Multimisión Seasprite SH -2G.
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