miércoles, 14 de noviembre de 2018

EFEMÉRIDES MARÍTIMAS Y NAVALES


Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola
Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe

Fuente: Cinco siglos del destino marítimo  del Perú, de Esperanza Navarro Pantac: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016

Efemérides Navales de Hoy 14 noviembre







14 de noviembre 1837: En el marco de la guerra de Chile contra la Confederación Perú-boliviana, la expedición del general Trinidad Morán arriba a las islas Juan Fernández. Las naves fondean en la Bahía Cumberland de la isla Más a Tierra (hoy Robinson Crusoe). Allí, Morán se entera de que el general chileno Ramón Freire ha sido exiliado a Australia, donde permanecerá hasta 1842. (Si bien la efemérides trata de un evento de la guerra de Chile contra la Confederación Perú-boliviana, el hecho que sucediera en las Islas Juan Fernández nos permite hablar de estas islas y de su habitante más famoso: Alejandro Selkirk. Estoy seguro que su historia les gustará)

ALEJANDRO SELKIRK – EL VERDADERO ROBINSON CRUSOE
 Alejandro Selkirk nació en 1676 en Largo, Escocia, hijo de un exitoso curtidor de pieles y cueros. En 1695, a los 19 años, escapó de casa y se embarcó, aprendiendo las artes marineras. En 1704 se unió a William Dampier para actuar como corsarios contra los buques de la Corona Española en el Pacífico. En Setiembre de ese año llegaron a la Isla Más a Tierra del archipiélago Juan Fernández, 400 millas al oeste de las costas de Chile, y debido a que no confiaba en su capitán y sus temores sobre la integridad del casco de la nave (que estaba en muy mal estado por “broma”), demandó bajar a tierra y dejar el buque. El Capitán lo dejó en tierra a fin de librarse de un escocés cabeza dura. Cuando el buque zarpó, Selkirk se aterrorizó y pidió que no lo dejaran, pero no le hicieron caso o no le oyeron. 
Sus primeros ocho meses en la isla fueron de terror y depresión ante el aislamiento y la soledad. Selkirk se refugió en una cueva junto al mar, no se alejó de la playa en la esperanza de ver un buque, alimentándose de conchas, peces, tortugas y focas. Extrañaba la sal para darle sabor a lo que comía pero a pesar de tener el mar a su lado, no sabía como convertirla. Más de una vez contempló suicidarse. Los ruidos del interior de la isla lo aterrorizaban y se imaginaba que rondaban fieras (eran árboles que el viento tumbaba). Este estado de semi-locura y no aceptación de su nueva realidad, finalizó cuando llegó la época de apareamiento de los lobos de mar y cientos de de ellos invadieron su playa. Selkirk abandonó la playa y se internó en la isla en busca de comida y abrigo. Descubrió entonces cabras salvajes, descendientes de algunas cabras que probablemente escaparon de algún buque pirata o corsario que había recalado en la isla. Selkirk las comenzó a cazar con su mosquete hasta que se le acabaron las balas y entonces aprendió a atraparlas a la carrera para comer su carne y, más tarde, aprendió a domesticarlas para también poder tomar su leche. Además descubrió que había rabanitos salvajes, coles, palmitos, aparte de madera.
 Ya que la isla albergaba enormes colonias de enormes ratas que le mordisqueaban las manos y los pies cuando dormía, Selkirk  descubrió que también habían colonias de gatos, por lo que domesticó a varios y les enseñó a dormir alrededor de su cama para protegerlo. Construyó varias chozas junto a un riachuelo y comenzó a gozar de su isla. La Biblia se convirtió en su compañera más importante y la religión calmó su ansiedad y hizo más llevadera su soledad, además de leer la Biblia en alta voz para no olvidar el sonido de su propio idioma. Ubicó un mirador en lo alto del cerro “Yunque” (de 900 metros de altura) desde el que observaba el mar, con leña a su lado, listo para prender fuegos para llamar la atención. Ya que no contaba con fósforos y como había usado toda su pólvora, aprendió a frotar ramas de un árbol de pimiento para prender fuego, usando además su fruto para condimentar su comida. Dejando su coy, construyó una cama que cubrió con pieles de cabra y pronto cubrió también las paredes de sus dos chozas para protegerse del frío. Con su única olla, hervía agua para sancochar la carne, usando la madera del pimiento no sólo para cocinar sino también para alumbrar en la noche.
Regresando a la costa, comenzó a pescar langostas para enriquecer y variar su dieta. Cuando su ropa dejó de ser útil, se hizo  toscas ropas (gorros, chaquetas y pantalones) con las pieles de sus cabras, que cosía con un clavo que había hallado y cordones que fabricaba de las mismas pieles. Al gastársele su cuchillo, fabricó otros de las fajas de hierro que encontró en un barril que el mar arrojó a la playa.El 1ro de febrero de 1709 buques ingleses arribaron y Selkirk, luego de cerciorarse que no eran españoles, prendió fogatas que llamaron la atención del piloto, que era nada menos que el mismo Dampier que lo había reclutado en 1704, encontrando a un emocionadísimo Selkirk, cuatro años y medio después de haberlo dejado en la isla.
 Esta fascinante historia de adaptación al cambio y supervivencia, sirvió de inspiración para el libro de Daniel Defoe: Robinson Crusoe.
 El 1 de enero de 1966, Chile le cambió el nombre a la isla Tierra Adentro por el de Robinson Crusoe y para, de alguna manera, compensar la memoria del verdadero naúfrago, le puso el nombre de Alejandro Selkirk a la isla Más Afuera, ubicada 100 millas al oeste de Robinson Crusoe, isla que probablemente nunca vió Selkirk.



14 de noviembre 1890: El Gobierno dispone subvencionar a cualquier compañía de navegación que realice de 3 a 6 viajes anuales directos entre Liverpool (Inglaterra) e Iquitos. 

Booth Line to The Amazon 
By Ken Williams, Nautical Historian, U.K.

The rise and fortunes of the Booth Steamship Company mirrored the development of the rubber trade in the Amazon basin. In its heyday, at the beginning of the 20th century, the company not only played a prominent role in the carriage of the region’s overseas trade, but also owned many of the wharfs, warehouses and shipping agencies along the Amazon. Until the middle of the 19th Century, the vast Amazon basin remained virtually untouched by the outside world, apart from a few isolated missionary and trading settlements along the banks of some of its rivers. Then in 1866 – after years of deliberation in the Imperial Parliament of Brazil – Emperor Pedro II decreed free navigation for all foreign merchant ships on the waters of the Amazon and some of its tributaries, and this heralded an influx of settlers to the region. Two years later, in 1868, Peru followed Brazil’s example by declaring her rivers open to ships of all nations. 

In Britain, two brothers, Alfred and Charles Booth, formed a steamship line from Liverpool to the north Brazilian ports, at that time served solely by sailing ships. Their first ship sailed from Liverpool in 1866 to the north coast of Brazil and Para (now Belem) in the Amazon estuary, pioneering the first passenger-cargo steamer service between Europe and the Amazon.


During the 1870s some seagoing vessels proceeded nearly 1,000 miles up the Amazon to Manaus and by the end of the decade sailings rapidly increased to keep pace with the first stages of the rubber boom. Rubber had become a major industrial raw material following the invention of the first detachable pneumatic tyre in 1888, and the subsequent development of bicycles and motor vehicles. Demand for this commodity led to an increase in rubber-gathering such that river towns like Iquitos experienced spectacular economic growth. As a consequence, a direct service was inaugurated in 1897 between Liverpool and Iquitos, a round trip of 12,800 miles, with each leg of the voyage lasting two months. This proved a profitable venture for the company – one ship that cost £15,000 to build, made £10,000 profit on her first three voyages. Later a similar service was established from New York to Iquitos, calling at Belem and Manaus. 

To accommodate the difference of some 40 feet between the highest and lowest river levels at Iquitos, a floating landing-stage was opened in 1904 for the use of the company’s ships. From there cargo was winched up the river-bank and into customs warehouses at the corner of Loreto Street, opposite Plaza Castilla. Although cargo handling was much improved, the muelle or wharf never in itself proved a profitable investment. 

The boom years were not to last. Amazon rubber production peaked just before the outbreak of the First World War and, at that time, the Booth fleet numbered 26 ocean-going ships, in addition to a variety of tugs and barges. During the war years the steady rise in low-cost cultivated rubber from the new plantations in south-east Asia sharply curtailed the financial returns of collecting wild rubber from the Amazonian jungle. The Amazon rubber trade did not recover with the ending of the war and, as a result, the seven Booth Line ships torpedoed and sunk by German U-boats were not replaced. Unfortunately, the rubber price depression of the inter-war years proved bleaker than anything that went before. This, in turn, only exacerbated the general contraction in the Amazon and north Brazil trades, thus making further reductions in the Booth fleet inevitable, and by the end of the Second World War the company was down to just four ships. Although the five vessels destroyed by enemy action between 1939 and 1945 were compensated for by the British government, the Booth family were reluctant to face the daunting task of rebuilding the fleet. They sold their shipping interests in 1946 to Lord Vestey, who already had a large stake in the South American trade, but the Booth Line still functioned as a separate entity.  

Despite the decline in their cargo trade with the region, the passenger market proved more resilient. Before the Second World War, the Booth Line effectively promoted their small fleet of first-class passenger ships under the slogan ‘A 1,000 miles up the Amazon’ cruises, which were really part of their normal mixed general cargo voyages. The journey started in Liverpool with calls at Oporto, Lisbon, Madeira and Belem before heading up the Amazon to Manaus. Normally, the ships were also provided with third-class accommodation, consisting of two and four-berth cabins, which were mostly occupied by emigrants from Portugal to Brazil. Competition from the airlines in the early 1960s made inroads into the profitability of passenger shipping. The decline in passenger numbers ultimately forced Booth’s to be one of the first major British companies to withdraw from the passenger trade altogether. In 1977, the Booth Line terminated the New York-Amazon run as competition from South American companies increased and the amount of cargo on offer diminished, thus bringing a service spanning almost a century to a final close. 




14 de noviembre 1963: Se promulga la Ley N° 14702, que declara el 5 de enero de 1864 fecha oficial de fundación del Puerto Fluvial de Iquitos, sobre el río Amazonas. (Por si no lo sabíamos, Iquitos tiene la singularidad de ser la ciudad más grande del Mundo a la que NO se puede llegar en automóvil)

LEY 14072

“El Presidente de la República, por cuanto: EL CONGRESO DE LA REPÚBLICA ha dado la Ley siguiente:

ARTÍCULO ÚNICO: Declárese el 5 de enero de 1864, fecha oficial de fundación del Puerto Fluvial de Iquitos, sobre el río Amazonas.

Comuníquese al Poder Ejecutivo para su promulgación.

Casa del Congreso de Lima, a los veintinueve días del mes de octubre de mil novecientos sesentitrés.

Julio de la Piedra, Presidente del Senado;
Fernando León de Vivero, Presidente de la Cámara de Diputados;
Carlos Malpica, Senador Secretario;
Luis F. Rodríguez, Diputado Secretario.
El señor Presidente Constitucional de la República; Por cuanto: Mando se publique y cumpla. Dado en la casa de Gobierno en Lima, a los catorce días del mes de noviembre de mil novecientos sesentitrés.

FERNANDO BELAUNDE TERRY, 
Oscar Trelles Montes.”

Iquitos celebra 153 años como puerto fluvial del río Amazonas (El Comercio, 5 enero 2017)
Autoridades locales y congresistas de Loreto participaron de las actividades protocolares pese a lluvia de más de 10 horas



Iquitos cumple 153 años de fundación como puerto fluvial sobre el rio Amazonas y celebra la presencia de la Marina de Guerra en la Amazonía Peruana. Autoridades locales, y congresistas que representan al departamento de Loreto, participaron de las actividades protocolares pese a la lluvia que cayó por más de 10 horas. El inició de la conmemoración fue con una misa Te Deum. Luego se realizó la ceremonia de izamiento de banderas, el desfile cívico–militar y, finalmente, la sesión solemne donde el historiador amazónico Luis Alejandro Tafur Rengifo hizo una reseña sobre la fecha. Según explicó, en el año 1864 marinos a bordo de los buques peruanos Pastaza, Próspero y Morona, enviados por el entonces presidente Ramón Castilla y Marquesado, trajeron piezas para instalar la Factoría Naval. Así, un 5 de enero se declaró la fundación de Iquitos como puerto fluvial sobre el río Amazonas, y punto de partida hacia otras regiones.
Además, que en la época de la explotación del caucho, iniciada aproximadamente en 1880, Iquitos se convirtió en el centro principal de esta actividad dentro de la Amazonía peruana. También, como ello generó la llegada varios peruanos de otros puntos del país y europeos, para conseguir fortuna rápida y fácil explotando a los nativos amazónicos. Durante este período fue construida la arquitectura de Iquitos, y se dotó a esta ciudad de los servicios básicos. Iquitos se ha consolidado como la ciudad de mayor importancia en la Amazonía Peruana y la sexta ciudad del Perú. Sus destinos turísticos más importantes son el lago de Quistococha, la reserva Allpahuayo – Mishana, Santa Clara, la comunidad de ‘Los Boras’, el Centro de Rescate Amazónico – Manatíes, entre otros.

14 de noviembre 1970: Después de medio siglo, los cadetes de la Escuela Naval tienen un nuevo uniforme de paseo. 

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