Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola
Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe
Fuente: Cinco
siglos del destino marítimo del Perú, de Esperanza Navarro Pantac:
Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016
Efemérides Navales de Hoy 23 noviembre
23 de noviembre 1837: En el marco de la guerra de Chile contra la Confederación Perú-
23 de noviembre 1965: La balsa Tangaroa llega a la Polinesia.
A CONTINUACION LA CARTA DE MARIO KNUDSEN, ESCRITA EL 20 DE JUNIO DEL 2008 EN UN CASTELLANO QUE NO ES EL MEJOR. ESTA EMOTIVA CARTA PRUEBA LA VALIDEZ DEL VIEJO REFRÁN “NADIE ES PROFETA EN SU TIERRA” Y DEL SUPREMO EGOISMO NACIONAL PLASMADO EN EL NO RECONOCIMIENTO DE LOS LOGROS DE LOS DEMÁS Y, MUCHO MENOS EN EL AGRADECIMIENTO A QUIENES LA NACIÓN LES DEBE AGRADECEMIENTO.
Expedicion balsa peruana Tangaroa
Sobrino de Alfonso Arias Schreiber ex embajador promotor del tema del mar.
Me dirijo a usted para solicitar su aprobación; la reivindicación y reconocimientos de parte de los padres de la patria a la Expedición, balsa peruana Tangaroa.
Información sobre la expedición de 1965:
Nombre: Tangaroa
Origen: Peruano
Nacionalidad: Peruana
Expedición:
capitán :Carlos Caravedo Arcapiloto : Jaime Toledomarinero: Mathous
Caracteristicas:
balsa de balsa artesanal 8 troncos, 2 mastiles, 3 velas, 1 cabina
fecha partida: 26/07/1965
Construcción: playa de la mar brava La Punta, Callao
Lugar de partida: La punta - Callao - Perú
Destino :polinesia francesa -Tahiti
Recorrido:isla Napuka 31/11 /1965; isla Aratika 16/11 /1965; isla Kauehi 17/11/19659; destino final isla Fakarava 18/11/ 1965 según la Bitácora de la balsa un representante de UPI con sede
Esta expedición se destaca así como en las épocas incas y mejores pensadores republicanos; que llevan sus ideas a la acción. Si Carlos Caravedo Arca engendra una aspiración de un peruano civil valiente; lanza su balsa como embajadora a los pueblos del pacifico, como una gran comunidad, es así que la balsa Tangaroa se viste de un nombre entendible de amistad, para esos pueblos de que ven llegar al dios sol que los incas despedían, hasta un próximo amanecer.
Así como las culturas pre Inca e Inca con su inca Tupac Yupanqui ordenara a sus jefes ir a visitar o ver donde se fue el dios sol. Así pues el dios huiracocha kon llega del mar y regresa a el, no es de sorprender el deseo de nuestro pueblo de la búsqueda de estas deidades como su interés por lo desconocido.
La expedición, balsa Tangaroa 1965, se genera para lograr demostrar que es posible adentrarse en lo profundo del tuamuto archipiélago muy peligroso por sus arrecifes y corrientes, es pues que estas ultimas demostraron lo imposible de llegar mas lejos de la isla de Fakarava, ultima línea divisoria para ese mar abierto con corrientes contrarias oeste este y oeste noreste y llegar a Tahití hecho que no se logro.
Así como las culturas pre Inca e Inca con su inca Tupac Yupanqui ordenara a sus jefes ir a visitar o ver donde se fue el dios sol. Así pues el dios huiracocha kon llega del mar y regresa a el, no es de sorprender el deseo de nuestro pueblo de la búsqueda de estas deidades como su interés por lo desconocido.
La expedición, balsa Tangaroa 1965, se genera para lograr demostrar que es posible adentrarse en lo profundo del tuamuto archipiélago muy peligroso por sus arrecifes y corrientes, es pues que estas ultimas demostraron lo imposible de llegar mas lejos de la isla de Fakarava, ultima línea divisoria para ese mar abierto con corrientes contrarias oeste este y oeste noreste y llegar a Tahití hecho que no se logro.
Pese al uso de las huaras, quillas pre incas e incas que les permitían a estas grandes balsas remontar corrientes y tomar curso con mayor facilidad hacia su destino favorecidos por sus velas hinchadas por el viento.
Carlos Caravedo Arca gran deportista, tuvo contacto con grandes exploradores debido a su gran interés por el conocimiento. Egresado de universidad peruana y extranjera, autodidacta; presto a aquilatar cualquier información en plantas y alimentos, ya que el era como su familia dedicados al campo y comercio.
Si bien estas balsas y sus expediciones son la saga de la Kon-Tiki (Kon - dios huiracocha y tiki dios de pulpito polinesio)
William Willis y su balsa Seven Sithers fue su gran amigo y quien guiara su interés a mar y sus fronteras. El colaboró con su mejor entendimiento de las dietas peruanas. Willis llegó a la isla de Samoa, territorio americano, ya que el era de origen alemán pero creció en Estados Unidos.
Eric Bischop el francés que tratara de lograr el circulo redondo a través de las rutas náuticas que unen nuestros pueblos; quien en su balsa de bambú y otras de maderas Tahití Nui 1, 2 y 3, tras estas sucesivas reconstrucciones, logró su destino en la isla de Rakahanga donde muere en los arrecifes;
Caravedo profetizó que en esta balsa no era seguro viajar.
Eduard Ingris, el concertista checoslovaco, que en el Perú se hizo botánico y naturalista, con su balsa Kantuta 1 y 2 y su isla 2da Mataiva al extremo final del archipiélago del Tomuto, con quien Carlos Caravedo casi hizo travesía a la polinesia francesa y con quien compartiera afinidades por la musica y la aventura
La expedición, balsa Tangaroa se compuso de Carlos Caravedo como gestor constructor y capitán, Jaime Toledo como piloto, el radio escucha Mathous
La expedición, balsa Tangaroa se compuso de Carlos Caravedo como gestor constructor y capitán, Jaime Toledo como piloto, el radio escucha Mathous
Ante la negativa del SIMA de dar cobijo a la futura balsa es construida en la playa de la mar brava en La Punta, Callao, Perú: Su meta era partir el abril fecha rigurosa de salida de todas las expediciones; todos los de la expedición tuvieron que pasar por exámenes de cursos de navegación, pese a lo experto de su piloto. Se otorgaron los permisos el 24 de julio y tras un estrepitoso ulurar de sirenas de los buques de la rada, el capitán de puerto otorga salida el 27 de julio
Son remolcados por el BAP Dueñas comandado por el joven oficial Gianpietri hoy Vicepresidente de la República, en el procedimiento se pierden 2 guaras de la Tangaroa
Son escoltados por varios yates, el embajador americano John Wesley Jones entre otros de la agencia UPI y diarios nacionales como La Prensa, El Comercio y La Tercera siguen todos los acontecimientos del viaje.
Llegan a la zona de quiebre por Las Galapagos donde son sacudidos por gigantescas olas, tan altas que como en vitrina se veían los peces.
A los 97 días, un 31 de octubre, baten el record al avistar la isla de Napuka donde son recibidos por una delegación de isleños en alta mar, luego confirmado por diarios franceses.
Luego llegan a la isla de Aratika, al tratar de hallar el paso a Tahití en la noche casi se estrellan con los arrecifes de la isla de Kauehi; ante la imposibilidad de remontar el estrecho de Fakarava recorren hacia el sur de la isla y en una de las entradas del lago interior encallan y se conserva Aprox. 16º22” sur de la isla; la balsa única en quedar intacta.
Se demostró:
La posibilidad de llegar hasta el límite de Fakarava no a Tahití esto es imposible en balsa.
La gran ayuda de tener Guaras como medio de navegación para las balsas.
La alimentación era de bienes locales de Sudamérica y marinos; peces voladores; pulpos pequeños y pescados cazados con arpón
Lo más importante que con recursos propios y mucho tesón el valor peruano puede dar ejemplo a nivel internacional.
Es fácil subirse a la balsa de otros y decir que uno lo hizo o ostentar estar en una nave moderna y menospreciar la obra de otros.
Este es un gran ejemplo de valor peruano, constancia ante la indiferencia, persistencia hacia un fin, serenidad ante los temporales y generosidad al triunfar logrando su meta.
Ejemplo para los jóvenes ya que lo dicho antes simboliza el espíritu Peruano
Por esto La Expedición, Balsa Peruana Tangaroa, y su gestor Carlos Caravedo Arca asi como la balsa artesanal Tangaroa tiene derecho de ser registrada en los libros peruanos y reconocida por la nación y los padres de la patria.
Este es un gran ejemplo de valor peruano, constancia ante la indiferencia, persistencia hacia un fin, serenidad ante los temporales y generosidad al triunfar logrando su meta.
Ejemplo para los jóvenes ya que lo dicho antes simboliza el espíritu Peruano
Por esto La Expedición, Balsa Peruana Tangaroa, y su gestor Carlos Caravedo Arca asi como la balsa artesanal Tangaroa tiene derecho de ser registrada en los libros peruanos y reconocida por la nación y los padres de la patria.
Solicito apoyo del publico y Entidades internacionales para este Fin.
Seria de gran valor una condecoración; POSTUMA
Carlos Caravedo Arca fallece el 8 de octubre 2007 en el dia del mar peruano y de Grau
Su rebautizo con el nombre polinesio TUMA TANGAROA es la afirmación de ellos para nosotros de sus raises sudamericanas (tuma: cuando se logra ver i entender con claridad sobre el dios tangaroa)
Gracias
Expedición peruana Tangaroa: A 50 años de su llegada a la Polinesia
El Comercio - Redacción 11.18.2015 / 12:06PM
Hace 50 años, un 18 de noviembre de 1965, la expedición peruana Tangaroa, al mando de Carlos Caravedo, terminó su travesía por el Océano Pacífico al llegar a la isla Fakarava en la Polinesia. En este post de Huellas Digitales recordamos el largo camino que por tierra y mar realizó Caravedo para cumplir su sueño de navegar.
El Comercio - Redacción 11.18.2015 / 12:06PM
Un 26 de julio de 1965 Carlos Caravedo Arca partió del Callao hacia la Polinesia. Para incredulidad de propios y extraños, un hombre de campo salió a navegar en el mar. Tenía coraje y ganas de vivir la aventura de su vida. El aprendió a armar balsas y navegar en alta mar viendo a otros exploradores como William Willis.
En más de una ocasión se quedó con las ganas de viajar en las embarcaciones que por esos años partían muy seguido del Callao. Por falta de espacio y uno que otro inconveniente se quedaba en tierra firme. Hasta que un buen día decidió ser el jefe de su propia expedición hacia la Polinesia, que sería la primera realizada por peruanos.
Carlos Caravedo Arca estudió en el colegio Champagnat. Aunque se graduó como agrónomo, siempre destacó por ser autodidacta, pintor y deportista. Su familia tenía una hacienda en Ate llamada Inquisidor y Pulido donde cultivaban algodón, papa y cebolla. Con la venta de las cosechas pudo financiar su gran hazaña.
En más de una ocasión se quedó con las ganas de viajar en las embarcaciones que por esos años partían muy seguido del Callao. Por falta de espacio y uno que otro inconveniente se quedaba en tierra firme. Hasta que un buen día decidió ser el jefe de su propia expedición hacia la Polinesia, que sería la primera realizada por peruanos.
Carlos Caravedo Arca estudió en el colegio Champagnat. Aunque se graduó como agrónomo, siempre destacó por ser autodidacta, pintor y deportista. Su familia tenía una hacienda en Ate llamada Inquisidor y Pulido donde cultivaban algodón, papa y cebolla. Con la venta de las cosechas pudo financiar su gran hazaña.
Carlos Caravedo durante su travesía por el Pacífico. Foto: Archivo Familia Caravedo
Por ello no fue sorpresa que se hiciera amigo de William Willis, un expedicionario alemán, que zarpó del Callao a la Polinesia en su nave ‘Seven Little Sisters’. Con él aprendió los secretos para armar una balsa de madera.
Los preparativos
Primero había que conseguir la mejor madera para armar la balsa. Caravedo viajó a la selva ecuatoriana para conseguir 13 troncos hembras por ser mejores en la flotación aunque de corta vida.
Caravedo quiso armar su balsa en las instalaciones de la SIMA así como lo hicieron otras expediciones extranjeras. Pero solo encontró la negativa de las autoridades. Este problema no menguó su entusiasmo.
“Tuve que construir la Tangaroa en un recoveco del lugar llamado ‘la mar brava’ en el Callao”.
Armado de paciencia Caravedo terminó su balsa. Sus familiares le regalaron bidones para el agua donde antes se había almacenado pasta dental. Todo el viaje tomarían agua con sabor a Kolynos.
Por ello no fue sorpresa que se hiciera amigo de William Willis, un expedicionario alemán, que zarpó del Callao a la Polinesia en su nave ‘Seven Little Sisters’. Con él aprendió los secretos para armar una balsa de madera.
Los preparativos
Primero había que conseguir la mejor madera para armar la balsa. Caravedo viajó a la selva ecuatoriana para conseguir 13 troncos hembras por ser mejores en la flotación aunque de corta vida.
Caravedo quiso armar su balsa en las instalaciones de la SIMA así como lo hicieron otras expediciones extranjeras. Pero solo encontró la negativa de las autoridades. Este problema no menguó su entusiasmo.
“Tuve que construir la Tangaroa en un recoveco del lugar llamado ‘la mar brava’ en el Callao”.
Armado de paciencia Caravedo terminó su balsa. Sus familiares le regalaron bidones para el agua donde antes se había almacenado pasta dental. Todo el viaje tomarían agua con sabor a Kolynos.
Imágenes del álbum que Caravedo hizo sobre su expedición. Foto: Archivo Familia Caravedo
En la lista del rancho figuraban: 60 kilos de harina, 10 kilos de sal, 230 kilos de papa, 27 kilos de cebolla, 15 kilos de lentejas, 50 kilos de naranjas, 50 kilos de arroz, 60 kilos de fideos, 16 latas de galletas, 184 latas de conserva, 48 latas de jugo de tomate, 10 latas de cocoa, 55 galones de kerosene, entre otras provisiones para un viaje de tres meses en alta mar.
También tenían un receptor – transmisor, un grupo electrógeno, una antena, 100 baterías para radio, 1 grabadora, 2 cámaras fotográficas y diversos repuestos. Caravedo invirtió S/. 350,000.00 en su construcción e implementación. Este dinero fue obtenido de la producción agrícola de la hacienda familiar.
Navegando por un sueño
Aunque la fecha ideal para partir al otro lado del Pacífico era abril, recién en julio las autoridades portuarias le dieron la autorización.
El lunes 26 de julio de 1965 la balsa Tangaroa, nombrada así en honor a un dios tahitiano, salió del Yacht Club del Callao remolcado por el BAP Dueñas al mando del Teniente Segundo, Luis Giampietri. Su destino era Tahití y Samoa.
La tripulación del Tangaroa estaba formada por el navegante Jaime Toledo, el radioperador José Mathous y el jefe de expedición Jaime Caravedo. Los dos primeros ya habían realizado una travesía similar en la balsa Cantuta II. Para Caravedo era la primera vez.
En la lista del rancho figuraban: 60 kilos de harina, 10 kilos de sal, 230 kilos de papa, 27 kilos de cebolla, 15 kilos de lentejas, 50 kilos de naranjas, 50 kilos de arroz, 60 kilos de fideos, 16 latas de galletas, 184 latas de conserva, 48 latas de jugo de tomate, 10 latas de cocoa, 55 galones de kerosene, entre otras provisiones para un viaje de tres meses en alta mar.
También tenían un receptor – transmisor, un grupo electrógeno, una antena, 100 baterías para radio, 1 grabadora, 2 cámaras fotográficas y diversos repuestos. Caravedo invirtió S/. 350,000.00 en su construcción e implementación. Este dinero fue obtenido de la producción agrícola de la hacienda familiar.
Navegando por un sueño
Aunque la fecha ideal para partir al otro lado del Pacífico era abril, recién en julio las autoridades portuarias le dieron la autorización.
El lunes 26 de julio de 1965 la balsa Tangaroa, nombrada así en honor a un dios tahitiano, salió del Yacht Club del Callao remolcado por el BAP Dueñas al mando del Teniente Segundo, Luis Giampietri. Su destino era Tahití y Samoa.
La tripulación del Tangaroa estaba formada por el navegante Jaime Toledo, el radioperador José Mathous y el jefe de expedición Jaime Caravedo. Los dos primeros ya habían realizado una travesía similar en la balsa Cantuta II. Para Caravedo era la primera vez.
“La frágil embarcación, que cruzará el Océano Pacífico siguiendo la Corriente Peruana, fue despedida en el Callao con insistentes toques de sirenas de los barcos acoderados en el Terminal Marítimo y de las embarcaciones deportivas, que la acompañaron varias millas mar afuera”, informó El Comercio en su primera plana del día siguiente.
El primer contacto radial se dió el 1º de agosto cuando estaban a 260 millas del Callao. Posteriormente la Tangaroa guardó un alarmante silencio hasta que el 19 de agosto el radioaficionado peruano Carlos Tassara estableció contacto con ellos. Durante la travesía la comunicación se realizó muy esporádicamente a través de radioaficionados.
Mientras en Perú se temía lo peor, la tripulación de la Tangaroa consiguió llegar a la Polinesia. En la bitácora del viaje, Caravedo apuntó que el día 97 llegaron a la isla Napuka. Era el 31 de octubre.
La última vez que la Tangaroa se comunicó con los radioaficionados fue el 3 de noviembre. Ya llevaban casi 100 días en alta mar. En los siguientes días la Tangaroa navegó por el peligroso archipiélago de Tuamotu, convirtiéndose en la primera expedición peruana en surcarlo.
El primer contacto radial se dió el 1º de agosto cuando estaban a 260 millas del Callao. Posteriormente la Tangaroa guardó un alarmante silencio hasta que el 19 de agosto el radioaficionado peruano Carlos Tassara estableció contacto con ellos. Durante la travesía la comunicación se realizó muy esporádicamente a través de radioaficionados.
Mientras en Perú se temía lo peor, la tripulación de la Tangaroa consiguió llegar a la Polinesia. En la bitácora del viaje, Caravedo apuntó que el día 97 llegaron a la isla Napuka. Era el 31 de octubre.
La última vez que la Tangaroa se comunicó con los radioaficionados fue el 3 de noviembre. Ya llevaban casi 100 días en alta mar. En los siguientes días la Tangaroa navegó por el peligroso archipiélago de Tuamotu, convirtiéndose en la primera expedición peruana en surcarlo.
La travesía terminó el 18 de noviembre de 1965, a 115 días de navegación, cuando la balsa encayó en la isla Fakarava, conocida por tener afilados arrecifes de coral. La tripulación caminó por la isla desértica hasta que fueron encontrados por algunos pobladores quienes los atendieron y les entregaron recuerdos tal como lo hicieron con Thor Heyerdhal y William Willis.
“La balsa quedará en la playa de Fakarava, pues no es posible rescatarla de la laguna formada por arrecifes de coral en la que nos metimos al llegar a esa isla”, declaró Caravedo a El Comercio.
“La travesía fue buena. Tengo conmigo gran cantidad de información escrita y muchos rollos de fotografías. La balsa será sacada en tierra y colocada en un lugar especial en Fakarava, donde la conservarán como una reliquia según fuimos informados por las autoridades de esa isla. Todos se han portado muy bien con nosotros,” puntualizó el jefe de la Tangaroa.
Su gran hazaña no ha sido reconocida como debería ser. Pocas personas se acuerdan de la Tangaroa y su viaje a la Polinesia. El 2006 una expedición noruega bautizó su balsa como Tangaroa – Kon tiki.
“La balsa quedará en la playa de Fakarava, pues no es posible rescatarla de la laguna formada por arrecifes de coral en la que nos metimos al llegar a esa isla”, declaró Caravedo a El Comercio.
“La travesía fue buena. Tengo conmigo gran cantidad de información escrita y muchos rollos de fotografías. La balsa será sacada en tierra y colocada en un lugar especial en Fakarava, donde la conservarán como una reliquia según fuimos informados por las autoridades de esa isla. Todos se han portado muy bien con nosotros,” puntualizó el jefe de la Tangaroa.
Su gran hazaña no ha sido reconocida como debería ser. Pocas personas se acuerdan de la Tangaroa y su viaje a la Polinesia. El 2006 una expedición noruega bautizó su balsa como Tangaroa – Kon tiki.
Carlos Caravedo quedó devastado cuando lo invitaron a presenciar la partida de esa expedición en el Callao.
“El Perú es la madre de los extranjeros y la madrastra de los peruanos”, esa frase acompañó a Carlos Caravedo hasta su muerte un 8 de octubre de 2007.
(Lilia Córdova Tábori)
Fotos: Archivo Familia Caravedo/ Archivo Histórico El Comercio
Fotos: Archivo Familia Caravedo/ Archivo Histórico El Comercio
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