EFEMÉRIDES MARÍTIMAS Y NAVALES

Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola

Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe

Fuente: Cinco siglos del destino marítimo  del Perú, de Esperanza Navarro Pantac: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016

Efemérides Navales de Hoy 08 de julio

8 de julio 1835: Tras la declaración de la “guerra a muerte” a Santa Cruz, del autoproclamado jefe supremo del Perú, Felipe Santiago Salaverry, dispone el inicio de las hostilidades ordenando al coronel José Quiroga asaltar por sorpresa el puerto boliviano de Cobija.

8 de julio 1871: El presidente José Balta firma la resolución suprema que ordena el desarme de los principales buques de guerra de la escuadra: las fragatas Independencia y Apurímac, el vapor de torreón Huáscar, monitores Manco Cápac y Atahualpa, y transporte Pachitea. 

Efectos del Desarmede los Buques de Guerra de la Escuadra ordenado por Balta. (De “Historia de la Marina del Perú” de Rosendo Melo - 1907)

Las ideas de entones en lo relativo al ramo de marina pueden encontrarse en las palabras que siguen, copiados de un documento oficial. “tal vez por no haberse palpado la conveniencia que la nación tenga una escuadra, SE HA MIRADO LA NUESTRA COMO INNECESARIA Y GRAVOSA y bajo tal impresión puede decirse en verdad, que se le ha hostilizado; creo pues llegado el caso, de que reconocidos los remarcables servicios que ha prestado desde la independencia hasta el día, se le haga la justicia a que es acreedora, y que no dudo sabréis vosotros otorgarle”. Suponía el ministro autor de esas palabras que tal vez no hubiera palpado el país o el Congreso la conveniencia de tener escuadra  lo dice tranquilamente, sin recordar en el pasado las humillaciones de 1864, embriagados con el éxito de 1866, indebidamente confiados en espantapájaros como las tortugas americanas o la urca Independencia.

En el mismo documento lamenta el funcionario que la autoriza la escasez de persona técnico, consignando el hecho de ser insuficiente el número de oficiales disponibles para el servicio abordo, lo que había obligado al gobierno a contratar pilotos para los vapores del Titicaca y a reemplazar con empleados de hacienda a los marinos que servían en capitanías. Explicaba el ministro esa escasez de oficiales, porque “indefinidos muchos a consecuencia del estado de desarme a que redujo la escuadra el anterior Gobierno (Balta), y dedicados a otro giro en el que reportaban más utilidades y esperaban mejor porvenir que el que les ofrece el servicio, cuando se les ha llamado a él, prefirieron solicitar su separación absoluta, renunciando sus goces, a continuar en la carrera a la que habían dedicado algunos años de su vida y por otra parte, y ésta en mi concepto es la principal, porque siendo la marina una carrera facultativa, es considerada por consiguiente como de preferencia en todas las naciones marítimas; las que en previsión sin duda, de lo que en la actualidad pasa con la nuestra, le han concedido renta y preminencias especiales, que compensan de algún modo las privaciones y penalidades porque tienen que pasar los que a ella se dedican”. ….

Hacia 1872 se construía en Londres dos guardacostas, con aparejo de barca, a cuya obra consagró atención la administración Pardo. Eran buques pequeños, 600 toneladas, propulsados por una sola hélice, máquina recíproca, de 180 caballos de fuerza y con un andar medio de nueve millas. Como las corbetas América y Unión, tenían aparejo que les aseguraba en sus velas largo recorrido. Estaban armados con dos piezas de 70, cuatro de 40, cuatro de 12 libras y su material era todo madera.

En 1874 se revista en documento oficial el material de naves, que se decía ser como sigue:

Fragata Apurímac, condenada por el mal estado de su casco, máquina, etc., se la destinó a escuela de aprendices. Al efecto se le quitaron las calderas, dejándole el aparejo, que si no le servía para navegar, en cambio era bastante bueno para ejercicios de vela.

El Marañón, el último de los grandes vapores comprados para remolcar al Manco Cápac en su viaje de Nueva Orleans al Callao, cuyas máquina llegaron  inservibles, se le destinó a Escuela naval. Era un pontón inmenso y de bastante capacidad para ese objeto.

El Meteoro, otro vapor americano mercante, comprado para la guerra del 66, tampoco tuvo mejor aprovechamiento que el de dedicarlo a a escuela preparatoria o de instrucción media. Sin duda se estimaban muy tónicas las brisas marinas parados alumnos.

No se menciona al Tumbes, esa goleta compañera del Loa y la Apurímac, susceptible todavía de aprovechamiento, pero que desarmada también, después de reparar su aparejo, sirvió, como la Nereida, para práctica de aprendices. 

Y todas estas instalaciones daban por resultado un número insuficiente de oficiales e indudablemente más insuficiente de marineros.

Tema constante de uno de los jefes de mayor renombre en la escuadra era la creación de una escuela especial de maquinistas, con el objeto de nacionalizar el servicio mecánico en la escuadra; pero no obstante la mucha influencia de que ese jefe gozaba, no alcanzó a interesar a nadie en sus sugestivos intentos.

No es inoportuno seguir en su revista de material al ministro aludido antes.

Principia por la Independencia, esa nave que tanto desilusionó al gran mariscal Castilla, que creyó al verla en Londres que tenía uno de los voluminosos navíos de Trafalgar, pesados, presentando mucho blanco y ni asomo de estética. Se la habían recorrido las apuradas, cambiando fierros en la batería y obra muerta, así como en la madera de la Santa Bárbara, que estaba sumagada, remendándose también las calderas, maltratados por el uso y acaso, además por la clase de carbón consumido. Su artillería de avant carga area más apropiada para museo que para combate.

El Huáscar, de casco bien sólido, tenía la cubierta de pino, empernada a la de fierro, muy gastada y se proyectaba cambiarla la moverla para colocar las nuevas calderas pedidas a Inglaterra para reemplazar las que tenía en servicio, muy deterioradas, como las de la Independencia, su coetánea y compañera de viaje de Europa al Perú.

Dice de los monitores la memoria que al arribar a nuestras costas en 1870 estaban en muy buen estado; “pero a consecuencia del desarme de la Escuadra, decretado una año después, quedaron sus dotaciones tan reducidas, que ni aún bastaban para atender las más urgentes exigencias de su servicio; y en consecuencia, se hizo muy difícil la conservación y cuidado de sus diversas máquinas, resultando de ahí que lejos de obtenerse la economía que se alegó como causa para el desarme, se destruyeron los tubos de sus calderas y hasta quedaron inutilizadas algunas piezas por efecto de la oxidación;….”

Esto buques, motivo de tan fuertes gastos, de tantos esfuerzos, de tantos sacrificios, que dañaron para siempre la salud de muchos de sus conductores; eran gruesas carrozas de fierro echado a enmohecer; vasos oxidados que sólo servían de estorbo en su fondeadero.

El Chalaco, en servicio activo desde que se adquirió en 1864, había recibido la mejora de cambio de calderas, que al efecto se habíanhecho venir de Inglaterra.

Al vapor Mayro se le asignaba la calidad de ser su máquina muy económica, lo que estaba en armonía con sus modestas dimensiones y su andar de siete millas; pro carecía de condiciones militares.

Para el monitor Loa se consideró gasto ocioso el de $ 7,000 anuales que exigía su conservación, por estar completamente inaprovechable. Hacía además mucha agua. La memoria dice. “Este buque que en 1864 era una buena cañonera, fue blindado con rieles ya ramado con dos cañones que pueden considerarse insignificantes, en vista de la artillería con que se arman hoy los blindados; sus máquinas apenas alcanzan a mover esa informe mole de madera y rieles y por consiguiente, sin esperar ningún provecho de él, se gasta en su conservación la cantidad mencionada; por esta razón el gobierno cree que será conveniente venderlo en subasta pública”. Y así se hizo. La mente gubernativa se realizó poco después y rematado el casco los desguazaron, hundiéndose la quilla al lado del malecón del Callao, hacia el Aromito.

El Tumbes se conservó mas tiempo. Aparejado de barca sirvió como la Nereida para la práctica de maniobra y aun remontó alguna vez hasta Sangayán.

8 de julio 1885: Se dispone que el vapor Santiago se denomine Perú. 

8 de julio 1913: El sumergible Palacios es embarcado en el puerto de Marsella a bordo del buque dique Kangouroo.

8 de julio 1919: La Comandancia General de la Escuadra asume las funciones del Estado Mayor General de Marina, así como el mando y control y control de los institutos de enseñanza y demás dependencias de Marina. 

8 de julio 1924: Se comisiona al capitán de navío Sherwood A. Taffinder, miembro de la Misión Naval, para partir el día 12 del presente con destino a Panamá a bordo del BAP Almirante Grau, para hacer los arreglos finales para las reparaciones contratadas para esa nave. 

8 de julio 1961: Se realiza la ceremonia de bendición e inauguración del edificio “Miguel Grau” de la Escuela Naval del Perú, moderno pabellón de cuatro pisos para alojamiento de los cadetes. 

8 de julio 1962: El Museo Naval del Perú inicia sus actividades efectivas bajo la dirección del capitán de navío Julio José Elías Murguía. 

8 de julio 1976: En el Muelle Antedique del Arsenal Naval del Callao se efectúa el lanzamiento del buque tanque BAP Talara, construido en el Servicio Industrial de la Marina del Callao (SIMAC).