jueves, 4 de enero de 2018

EFEMÉRIDES MARÍTIMAS Y NAVALES

Colaboración del C. de N. Edgardo Loret de Mola
Responsable de la edición: Rosario Yika Uribe

Fuente: Cinco siglos del destino marítimo  del Perú, de Esperanza Navarro Pantac: Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú, 2016


Efemérides Navales de Hoy 04 de Enero

4 de enero 1787: José de Moraleda da inicio a los trabajos hidrográficos en el Pacífico chileno, que serán mantenidos en secreto durante mucho tiempo. 


José de Moraleda y Montero
Natural de Pasajes San Pedro (localidad perteneciente a San Sebastián hasta 1805). De familia marinera, trató de ingresar como guardiamarina, pero hubo de conformarse con hacer estudios de pilotaje en la Real Escuela de Navegación de Cádiz. Tras navegar por el Caribe, el Golfo de Méjico y la India Oriental se embarca hacia la costa del virreinato del Perú en 1773. El virrey Manuel de Guirior le tuvo en gran estima considerándolo como uno de los mejores pilotos de su época en la navegación por aquellos mares. Entre 1787 y 1788 realizó el levantamiento del plano general de la isla de Chiloé y los particulares de los puertos de ese territorio, aportando además información sobre costumbres, clima, historia, producción agrícola, carácter de los habitantes, etc., así como sobre su estado económico y social. También redactó un derrotero a los puertos de Chiloé de gran utilidad práctica. Sus trabajos hidrográficos en la costa chilena están considerados como los mejores realizados en la zona bajo dominación española y tuvieron una acogida muy favorable entre los marinos y las autoridades virreinales, recibiendo también el elogio de Alejandro Malaspina. En 1792 Moraleda organiza la expedición que da lugar a la "Carta esférica de la costa occidental patagónica". En 1804 fue nombrado teniente de navío. Muere en Lima en 1810. Hugo O´Donell, biógrafo de Moraleda, dejó esta semblanza sobre su figura: "Fue un hombre de su época. Trabajador e inquieto, ambicioso y abnegado, virtuoso y felón, familiar y calavera, encierra en su complicada personalidad de trotamundos al caballero frustrado y al científico en continuo afán de superación. Su obra fue modesta y trascendental, dicotómica, como su vida" (O´DONELL, Hugo: El viaje a Chiloé de José de Moraleda (1787-1790), Ed. Naval, Madrid, 1990, p. 12).



4 de enero 1854: Por decreto supremo se ratifica la libre navegación de las embarcaciones brasileras por puertos peruanos. 






4 de enero 1917: La Ley N° 2417 ordena el establecimiento de un faro en Punta de Coles, en la costa de la provincia de Ilo, departamento de Moquegua. (Ambas fotos del faro original y el faro actual han sido tomadas del libro Faros de la Costa Peruana (historia ilustrada) de Jorge Ortiz Sotelo y José Balta Varillas, cuyo prólogo es de Jorge Broussett Barrios)




4 de enero 1988: Parte del Callao la Primera Expedición Científica Peruana a la Antártida, realizada por la Marina de Guerra del Perú con personal de la Marina, del Instituto del Mar y un equipo de técnicos y científicos de diversas universidades. El jefe de la expedición es el capitán de fragata Jorge Brousset Barrios. 


Recuerdos del primer viaje del Humboldt a la Antártida: hace 25 años
Artículo de El Comercio del 31 de diciembre del 2012

Los preparativos fueron numerosos los meses previos pero, por fin, el 4 de enero de 1988, el buque científico Humboldt zarpó con dirección a la Antártida, al llamado ‘Sexto Continente’, para dejar allí símbolos peruanos y marcar un espacio de peruanidad en su helado y blanco territorio. Aquí el recuento de esa inolvidable jornada, que estableció un hito en la historia del Perú.

Han pasado 25 años desde que treinta y cinco marinos de la Armada Peruana -entre oficiales y suboficiales-, junto con 50 civiles, viajaron como parte de la tripulación del barco peruano ‘Humboldt’ hacia la Antártida. Comandaba el buque el capitán de fragata AP Ricardo García Escudero, y el jefe de esta primera expedición fue el capitán de navío AP Jorge Brousset Barrios.

Todos ellos fueron sometidos a serios estudios médicos antes de ser seleccionados. También partieron en el buque un oficial de la Marina de Guerra del Ecuador y otro oficial de la Marina de Guerra del Brasil, así como el historiador peruano José Antonio del Busto.

Nuestro reportero Javier Ascue Sarmiento viajó en el Humboldt desde el Callao hasta Punta Arenas, en el extremo sur chileno. Fue el único periodista peruano que llegó hasta ese lugar, donde se despidió de la expedición como muestra la foto de portada del diario El Comercio. 

Desde que el Gobierno Peruano emitió la resolución suprema del 7 de octubre de 1987, que aprobaba la expedición a la Antártida, el objetivo científico se convirtió en una causa nacional. Desde entonces se trabajó intensamente para que todo saliera a la perfección.

El Comercio recogió las declaraciones del capitán Brousset, horas antes de su partida, en las que informó que para esta primera expedición el Gobierno había invertido aproximadamente “305 mil dólares y 34 millones de intis”.

El BIC Humboldt fue construido a raíz de un convenio entre el Gobierno Alemán y el Instituto del Mar, en los ambientes del Servicio Industrial de la Marina (SIMA). Zarpó por primera vez en 1978, y desde el comienzo colaboró con la investigación pesquera del país. Su finalidad fue exclusivamente científica. En ese marco, establó un trabajo en común con la Marina de Guerra del Perú.

La partida

Tras casi tres meses de preparativos, y en medio de escenas emotivas de familiares y amigos, la expedición zarpó al mediodía del lunes 4 de enero, desde el muelle del SIMA, en la Base Naval del Callao. 


Estuvo presente en ese momento el presidente de la República, Alan García Pérez, los ministros de Estado, parlamentarios, miembros de la Comisión Nacional de Asuntos Antárticos y numerosos familiares de los viajeros.

En su discurso de rigor, el presidente García se preocupó en destacar el momento histórico de la presencia peruana en el continente helado; en tanto el canciller Allan Wagner fue más profundo al poner en contexto la tradición antártica del Perú, dada desde tiempos incaicos. Wagner informó a la prensa que el hecho incorporaba al Perú como miembro del Tratado Antártico.

El pequeño pero fuerte buque llevaba equipos científicos y el equipaje del numeroso grupo. Días después haría una primera escala en el puerto chileno de Valparaíso para renovar sus depósitos de combustible.

El 20 de enero se sumaron 50 personas, entre científicos, militares, marinos, representantes de organismos nacionales y universitarios, quienes fueron antes transportados por un avión Hércules de la Fuerza Aérea del Perú (FAP)al puerto chileno de Punta Arenas, en el extremo sur del continente. De esta manera, el grupo estaba completo.

La meta era entonces llegar al estrecho de Bransfield -lugar que no pertenece a ningún país- hacia el 23 de enero. Allí no solo dejarían una bandera peruana, también depositarían un monolito de piedra grabada con fechas y enunciados históricos, además de una placa de bronce para conmemorar el suceso.

En el páramo albo del sur visitarían -ya de regreso- el canal de Beagle y otras bases científicas como la chilena ‘Arturo Pratt’ en la isla Greenwich; la base ‘Gran Muralla’ de China, la base ‘Artowoski’ de Polonia y la base ‘Bellinghausen’ de la URSS, todas en la misma isla Rey Jorge, donde también estaría la base científica peruana, denominada ‘Machu Picchu’.

Ninguna de estas bases científicas se encontraba en la Antártida continental, que era y es una zona resguardada. En esos parajes el ‘Humboldt’ permanecería casi un mes. Estaba previsto que para el 6 de marzo volvería al puerto chalaco, tras pasar nuevamente por el puerto de Valparaíso.

El paraíso blanco 

Lo que más llamó la atención del barco peruano en aguas antárticas fue el monolito, el cual mostraba en su superficie la fecha grabada de la partida y unos versos del poeta universal César Vallejo: “Las piedras no ofenden; nada / condicionan. Tan sólo piden / amor a todos, y piden / amor aún a la Nada”, del poema ‘Las piedras’ (‘Los heraldos negros’, 1918).

Con una velocidad de 14 nudos, el barco científico poseía características especiales: llegaba a los 76.20 metros de eslora (distancia de proa a popa), y fue debidamente reforzado, especialmente en el casco, babor y estribor, así como en la proa con ‘cuadernas’ de acero, pues debería estar preparado -si fuese necesario- para romper inmensos bloques de hielo, conocidos como ‘pizarras’.

Este refuerzo del casco fue en realidad una previsión, pues se buscó en todo momento que el ‘Humboldt’ navegara por aguas libres de hielo entre los paralelos 60 y 65 sur, en la zona del estrecho de Bransfield. Por ser verano, además, siempre navegó de día, con luz solar, así evitó los grandes témpanos de hielo.

No iba a ser la primera vez que marinos peruanos pisaran tierra polar, puesto que a la Antártida ya habían ido oficiales adscritos al Servicio de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú. Justamente desde la radio de este servicio militar, el buque reportaría valiosa información.

Como se sabe, uno de los viajeros fue el historiador José Antonio del Busto, quien asumió la función de cronista oficial de la travesía. Del Busto cumplió con honor y profesionalismo la tarea en representación del Instituto de Estudios Históricos Marítimos; para ello se entrenó responsablemente en pautas de supervivencia en la Antártida.

El historiador fue, además, testigo de los primeros estudios científicos peruanos sobre el ‘krill’, unos pequeños moluscos, parecidos a los camarones pequeños, considerado entonces y aún hoy “el alimento del futuro”.

El Comercio del día siguiente, 5 de enero de 1988, informaba en portada, al lado de la foto del famoso buque: “Sesenta y cuatro días, de los cuales 27 serán de permanencia en el frío continente, durará el viaje de ida y vuelta, de esta primera expedición científica del Perú a la Antártida, que cuenta también con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concytec)”.

Ochenta y cinco peruanos pisaron tierra antártica el 25 de enero de 1988 y fundaron la primera base científica peruana ‘Machu Picchu’. Esta se instaló en la isla Rey Jorge, cerca de la península Antártica; allí flamea hoy el Pabellón Nacional, en medio de pingüinos, lobos marinos y aves de la zona.

El retorno del ‘Humboldt’ al puerto del Callao fue el 1 de marzo de 1988, cinco días antes de lo previsto. Fue un día de orgullo nacional.

(Carlos Batalla)

Las impresionantes expediciones del Humboldt a la Antártida
Embarcación será reemplazada por el BAP Carrasco, que se incorporó ayer a la Marina de Guerra del Perú

Artículo de Luis García Bendezú de El Comercio del 4 de mayo del 2017

“Fue un atrevimiento de nuestra parte”. Así sintetiza el contralmirante en retiro Jorge Brousset la primera expedición del buque Humboldta la Antártida. Él lideró esa travesía. Era el lunes 4 enero de 1988 cuando zarparon desde el Callao. Brousset tenía 42 años y aunque ya había viajado años atrás a la Antártida –a bordo de un buque chileno- él consideraba que le hacía falta más experiencia.

“Lo más peligroso eran los hielos azules, los hielos antiguos, vestigios de grandes témpanos que se derritieron durante años. El corazón del hielo es como una roca de acero. Son difíciles de identificar y chocar con uno de ellos puede traerte problemas”, contó Brousset a El Comercio. Pero fueron atrevidas las personas que viajaron a la Antártida en el Humboldt, entre oficiales, científicos, marinos y maquinistas. Luego de más de 30 días de navegación llegaron a la isla antártica Rey Jorge. Ahí detectaron el lugar donde luego se levantaría la estación científica Machu Picchu.

El contralmirante en retiro Jorge Brousset no solo recuerda el hielo. Cuando se le consulta al respecto, también le vienen a la mente los duros trabajos realizados a baja temperatura. “La toma de muestras y la pesca se hacía a cero grados pese a que llegamos en el verano [austral]. En la Antártida hay un circuito meteorológico que gira alrededor del continente. Cada 15 días tienes mal tiempo y una sensación térmica. Si no tenías cuidado, se te podía congelar la nariz o las orejas”, explica. Eso no les impidió tomar muestras de krill que era lo que más les interesaba.

Brousset también recuerda que el buque Humboldt no era un barco diseñado para navegar por aguas polares. Desde 1987 tuvieron que reforzarlo y colocarle planchas de metal en el casco para darle mayor espesor. También se vieron obligados a modificar el timón para que el hielo no lo trabe. A diferencia del buque oceanográfico Carrasco, que se incorporó ayer a la Marina de Guerra del Perú, el Humboldt no tenía capacidad polar.

Pese a los rigores, el contralmirante Jorge Brousset está orgulloso del trabajo realizado por el Humboldt en la Antártida. Años después de la primera expedición, Brouset fue jefe del Instituto del Mar del Perú. Por ello, lamenta que el país aún no tenga una “visión sistemática” del uso, manejo y gobernanza de nuestro océano. Según dice, el Perú debería manejar su litoral de una forma integral. Solo así, ejemplifica, podremos prepararnos para enfrentar fenómenos como El Niño.

DATO
El Buque de Investigación Científica Humboldt fue construido en los Astilleros del Servicio Industrial de la Marina de Guerra del Perú y lanzado al mar el 13 de octubre del año 1978, de acuerdo a los parámetros establecidos por el Instituto del Mar del Perú. En total, realizó 13 expediciones a la Antártida entre 1988 y el 2014.

El objetivo era realizar trabajos de investigación científica en el ámbito de la oceanografía marina, con el propósito de evaluar la biomasa de los recursos pesqueros, exploración de los recursos marinos potenciales, investigación aplicada al mejoramiento de las estrategias y artes de pesca, investigación oceanográfica y meteorológica en el marco de los grandes cambios climáticos dentro del mar peruano y en el continente antártico.


Otra historia sobre la placa de bronce de la discordia en la Antártida
Según diversas fuentes diplomáticas y científicas, en el gobierno de Alberto Fujimori se mandó borrar el nombre de Alan García
Artículo en Perú 21 del 14 febrero 2013


Placa recordatoria de la Primera Expedición Científica Peruana de 1988, que contiene versos de Vallejo y que al ser dejada en el Estrecho de Bronsfield el 23 de enero de 1988, llevaba conspicuamente el nombre de Alan García (Foto de la izquierda) pero que no figura en la foto de la derecha.

Por angas o por mangas, la visita del presidente  Ollanta Humala a la estación científica Machu Picchu, en la Antártida, sigue generando polémica. La colocación de una placa recordatoria que, según el aprista Jorge del Castillo, reemplazó a otra que llevaba el nombre del expresidente Alan García.

Sin embargo, diversas fuentes diplomáticas y científicas  aseguran que en el gobierno de Fujimori se mandó borrar el nombre de García de la placa colocada en una piedra que fue llevada desde la ciudadela Machu Picchu.

Como lo muestra la  foto de la Expedición Antar en verano de 2010, el nombre de García ya no estaba en la placa. Keiko Fujimori hizo un viaje con una comitiva oficial. Para esa visita se habría borrado el nombre de García.

4 de enero 1988: Se promulga la Ley General de Pesquería: Ley N° 24790. (La ley 24790 trata de cubrir todos los aspectos relacionados con la pesca y reglamentarlos, al parecer sin tomar en cuenta que en el mar peruano hay mas de 15,000 embarcaciones pesqueras de las que en exceso del 90% son artesanales y un elevado porcentaje, informales e ilegales)

4 de enero 2009: En la Estación Naval de La Perla se lleva a cabo la ceremonia de inauguración de la Oficina de Trámite Documentario de Acceso a la Información Pública de la Marina de Guerra (TUPAM). 


José de Moraleda y Montero
Natural de Pasajes San Pedro (localidad perteneciente a San Sebastián hasta 1805). De familia marinera, trató de ingresar como guardiamarina, pero hubo de conformarse con hacer estudios de pilotaje en la Real Escuela de Navegación de Cádiz. Tras navegar por el Caribe, el Golfo de Méjico y la India Oriental se embarca hacia la costa del virreinato del Perú en 1773. El virrey Manuel de Guirior le tuvo en gran estima considerándolo como uno de los mejores pilotos de su época en la navegación por aquellos mares. Entre 1787 y 1788 realizó el levantamiento del plano general de la isla de Chiloé y los particulares de los puertos de ese territorio, aportando además información sobre costumbres, clima, historia, producción agrícola, carácter de los habitantes, etc., así como sobre su estado económico y social. También redactó un derrotero a los puertos de Chiloé de gran utilidad práctica. Sus trabajos hidrográficos en la costa chilena están considerados como los mejores realizados en la zona bajo dominación española y tuvieron una acogida muy favorable entre los marinos y las autoridades virreinales, recibiendo también el elogio de Alejandro Malaspina. En 1792 Moraleda organiza la expedición que da lugar a la "Carta esférica de la costa occidental patagónica". En 1804 fue nombrado teniente de navío. Muere en Lima en 1810. Hugo O´Donell, biógrafo de Moraleda, dejó esta semblanza sobre su figura: "Fue un hombre de su época. Trabajador e inquieto, ambicioso y abnegado, virtuoso y felón, familiar y calavera, encierra en su complicada personalidad de trotamundos al caballero frustrado y al científico en continuo afán de superación. Su obra fue modesta y trascendental, dicotómica, como su vida" (O´DONELL, Hugo: El viaje a Chiloé de José de Moraleda (1787-1790), Ed. Naval, Madrid, 1990, p. 12).



4 de enero 1854: Por decreto supremo se ratifica la libre navegación de las embarcaciones brasileras por puertos peruanos. 





4 de enero 1917: La Ley N° 2417 ordena el establecimiento de un faro en Punta de Coles, en la costa de la provincia de Ilo, departamento de Moquegua. (Ambas fotos del faro original y el faro actual han sido tomadas del libro Faros de la Costa Peruana (historia ilustrada) de Jorge Ortiz Sotelo y José Balta Varillas, cuyo prólogo es de Jorge Broussett Barrios)











4 de enero 1988: Parte del Callao la Primera Expedición Científica Peruana a la Antártida, realizada por la Marina de Guerra del Perú con personal de la Marina, del Instituto del Mar y un equipo de técnicos y científicos de diversas universidades. El jefe de la expedición es el capitán de fragata Jorge Brousset Barrios. 


  


Recuerdos del primer viaje del Humboldt a la Antártida: hace 25 años
Artículo de El Comercio del 31 de diciembre del 2012

Los preparativos fueron numerosos los meses previos pero, por fin, el 4 de enero de 1988, el buque científico Humboldt zarpó con dirección a la Antártida, al llamado ‘Sexto Continente’, para dejar allí símbolos peruanos y marcar un espacio de peruanidad en su helado y blanco territorio. Aquí el recuento de esa inolvidable jornada, que estableció un hito en la historia del Perú.

Han pasado 25 años desde que treinta y cinco marinos de la Armada Peruana -entre oficiales y suboficiales-, junto con 50 civiles, viajaron como parte de la tripulación del barco peruano ‘Humboldt’ hacia la Antártida. Comandaba el buque el capitán de fragata AP Ricardo García Escudero, y el jefe de esta primera expedición fue el capitán de navío AP Jorge Brousset Barrios.

Todos ellos fueron sometidos a serios estudios médicos antes de ser seleccionados. También partieron en el buque un oficial de la Marina de Guerra del Ecuador y otro oficial de la Marina de Guerra del Brasil, así como el historiador peruano José Antonio del Busto.

Nuestro reportero Javier Ascue Sarmiento viajó en el Humboldt desde el Callao hasta Punta Arenas, en el extremo sur chileno. Fue el único periodista peruano que llegó hasta ese lugar, donde se despidió de la expedición como muestra la foto de portada del diario El Comercio. 

Desde que el Gobierno Peruano emitió la resolución suprema del 7 de octubre de 1987, que aprobaba la expedición a la Antártida, el objetivo científico se convirtió en una causa nacional. Desde entonces se trabajó intensamente para que todo saliera a la perfección.

El Comercio recogió las declaraciones del capitán Brousset, horas antes de su partida, en las que informó que para esta primera expedición el Gobierno había invertido aproximadamente “305 mil dólares y 34 millones de intis”.

El BIC Humboldt fue construido a raíz de un convenio entre el Gobierno Alemán y el Instituto del Mar, en los ambientes del Servicio Industrial de la Marina (SIMA). Zarpó por primera vez en 1978, y desde el comienzo colaboró con la investigación pesquera del país. Su finalidad fue exclusivamente científica. En ese marco, establó un trabajo en común con la Marina de Guerra del Perú.




La partida
Tras casi tres meses de preparativos, y en medio de escenas emotivas de familiares y amigos, la expedición zarpó al mediodía del lunes 4 de enero, desde el muelle del SIMA, en la Base Naval del Callao. 


Estuvo presente en ese momento el presidente de la República, Alan García Pérez, los ministros de Estado, parlamentarios, miembros de la Comisión Nacional de Asuntos Antárticos y numerosos familiares de los viajeros.

En su discurso de rigor, el presidente García se preocupó en destacar el momento histórico de la presencia peruana en el continente helado; en tanto el canciller Allan Wagner fue más profundo al poner en contexto la tradición antártica del Perú, dada desde tiempos incaicos. Wagner informó a la prensa que el hecho incorporaba al Perú como miembro del Tratado Antártico.

El pequeño pero fuerte buque llevaba equipos científicos y el equipaje del numeroso grupo. Días después haría una primera escala en el puerto chileno de Valparaíso para renovar sus depósitos de combustible.

El 20 de enero se sumaron 50 personas, entre científicos, militares, marinos, representantes de organismos nacionales y universitarios, quienes fueron antes transportados por un avión Hércules de la Fuerza Aérea del Perú (FAP)al puerto chileno de Punta Arenas, en el extremo sur del continente. De esta manera, el grupo estaba completo.

La meta era entonces llegar al estrecho de Bransfield -lugar que no pertenece a ningún país- hacia el 23 de enero. Allí no solo dejarían una bandera peruana, también depositarían un monolito de piedra grabada con fechas y enunciados históricos, además de una placa de bronce para conmemorar el suceso.

En el páramo albo del sur visitarían -ya de regreso- el canal de Beagle y otras bases científicas como la chilena ‘Arturo Pratt’ en la isla Greenwich; la base ‘Gran Muralla’ de China, la base ‘Artowoski’ de Polonia y la base ‘Bellinghausen’ de la URSS, todas en la misma isla Rey Jorge, donde también estaría la base científica peruana, denominada ‘Machu Picchu’.

Ninguna de estas bases científicas se encontraba en la Antártida continental, que era y es una zona resguardada. En esos parajes el ‘Humboldt’ permanecería casi un mes. Estaba previsto que para el 6 de marzo volvería al puerto chalaco, tras pasar nuevamente por el puerto de Valparaíso.

El paraíso blanco 

Lo que más llamó la atención del barco peruano en aguas antárticas fue el monolito, el cual mostraba en su superficie la fecha grabada de la partida y unos versos del poeta universal César Vallejo: “Las piedras no ofenden; nada / condicionan. Tan sólo piden / amor a todos, y piden / amor aún a la Nada”, del poema ‘Las piedras’ (‘Los heraldos negros’, 1918).

Con una velocidad de 14 nudos, el barco científico poseía características especiales: llegaba a los 76.20 metros de eslora (distancia de proa a popa), y fue debidamente reforzado, especialmente en el casco, babor y estribor, así como en la proa con ‘cuadernas’ de acero, pues debería estar preparado -si fuese necesario- para romper inmensos bloques de hielo, conocidos como ‘pizarras’.

Este refuerzo del casco fue en realidad una previsión, pues se buscó en todo momento que el ‘Humboldt’ navegara por aguas libres de hielo entre los paralelos 60 y 65 sur, en la zona del estrecho de Bransfield. Por ser verano, además, siempre navegó de día, con luz solar, así evitó los grandes témpanos de hielo.

No iba a ser la primera vez que marinos peruanos pisaran tierra polar, puesto que a la Antártida ya habían ido oficiales adscritos al Servicio de Hidrografía y Navegación de la Marina de Guerra del Perú. Justamente desde la radio de este servicio militar, el buque reportaría valiosa información.

Como se sabe, uno de los viajeros fue el historiador José Antonio del Busto, quien asumió la función de cronista oficial de la travesía. Del Busto cumplió con honor y profesionalismo la tarea en representación del Instituto de Estudios Históricos Marítimos; para ello se entrenó responsablemente en pautas de supervivencia en la Antártida.

El historiador fue, además, testigo de los primeros estudios científicos peruanos sobre el ‘krill’, unos pequeños moluscos, parecidos a los camarones pequeños, considerado entonces y aún hoy “el alimento del futuro”.

El Comercio del día siguiente, 5 de enero de 1988, informaba en portada, al lado de la foto del famoso buque: “Sesenta y cuatro días, de los cuales 27 serán de permanencia en el frío continente, durará el viaje de ida y vuelta, de esta primera expedición científica del Perú a la Antártida, que cuenta también con el apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Concytec)”.

Ochenta y cinco peruanos pisaron tierra antártica el 25 de enero de 1988 y fundaron la primera base científica peruana ‘Machu Picchu’. Esta se instaló en la isla Rey Jorge, cerca de la península Antártica; allí flamea hoy el Pabellón Nacional, en medio de pingüinos, lobos marinos y aves de la zona.

El retorno del ‘Humboldt’ al puerto del Callao fue el 1 de marzo de 1988, cinco días antes de lo previsto. Fue un día de orgullo nacional.

(Carlos Batalla)




Las impresionantes expediciones del Humboldt a la Antártida
Embarcación será reemplazada por el BAP Carrasco, que se incorporó ayer a la Marina de Guerra del Perú

Artículo de Luis García Bendezú de El Comercio del 4 de mayo del 2017

“Fue un atrevimiento de nuestra parte”. Así sintetiza el contralmirante en retiro Jorge Brousset la primera expedición del buque Humboldta la Antártida. Él lideró esa travesía. Era el lunes 4 enero de 1988 cuando zarparon desde el Callao. Brousset tenía 42 años y aunque ya había viajado años atrás a la Antártida –a bordo de un buque chileno- él consideraba que le hacía falta más experiencia.



“Lo más peligroso eran los hielos azules, los hielos antiguos, vestigios de grandes témpanos que se derritieron durante años. El corazón del hielo es como una roca de acero. Son difíciles de identificar y chocar con uno de ellos puede traerte problemas”, contó Brousset a El Comercio. Pero fueron atrevidas las personas que viajaron a la Antártida en el Humboldt, entre oficiales, científicos, marinos y maquinistas. Luego de más de 30 días de navegación llegaron a la isla antártica Rey Jorge. Ahí detectaron el lugar donde luego se levantaría la estación científica Machu Picchu.

El contralmirante en retiro Jorge Brousset no solo recuerda el hielo. Cuando se le consulta al respecto, también le vienen a la mente los duros trabajos realizados a baja temperatura. “La toma de muestras y la pesca se hacía a cero grados pese a que llegamos en el verano [austral]. En la Antártida hay un circuito meteorológico que gira alrededor del continente. Cada 15 días tienes mal tiempo y una sensación térmica. Si no tenías cuidado, se te podía congelar la nariz o las orejas”, explica. Eso no les impidió tomar muestras de krill que era lo que más les interesaba.

Brousset también recuerda que el buque Humboldt no era un barco diseñado para navegar por aguas polares. Desde 1987 tuvieron que reforzarlo y colocarle planchas de metal en el casco para darle mayor espesor. También se vieron obligados a modificar el timón para que el hielo no lo trabe. A diferencia del buque oceanográfico Carrasco, que se incorporó ayer a la Marina de Guerra del Perú, el Humboldt no tenía capacidad polar.

Pese a los rigores, el contralmirante Jorge Brousset está orgulloso del trabajo realizado por el Humboldt en la Antártida. Años después de la primera expedición, Brouset fue jefe del Instituto del Mar del Perú. Por ello, lamenta que el país aún no tenga una “visión sistemática” del uso, manejo y gobernanza de nuestro océano. Según dice, el Perú debería manejar su litoral de una forma integral. Solo así, ejemplifica, podremos prepararnos para enfrentar fenómenos como El Niño.

DATO
El Buque de Investigación Científica Humboldt fue construido en los Astilleros del Servicio Industrial de la Marina de Guerra del Perú y lanzado al mar el 13 de octubre del año 1978, de acuerdo a los parámetros establecidos por el Instituto del Mar del Perú. En total, realizó 13 expediciones a la Antártida entre 1988 y el 2014.

El objetivo era realizar trabajos de investigación científica en el ámbito de la oceanografía marina, con el propósito de evaluar la biomasa de los recursos pesqueros, exploración de los recursos marinos potenciales, investigación aplicada al mejoramiento de las estrategias y artes de pesca, investigación oceanográfica y meteorológica en el marco de los grandes cambios climáticos dentro del mar peruano y en el continente antártico.


Otra historia sobre la placa de bronce de la discordia en la Antártida
Según diversas fuentes diplomáticas y científicas, en el gobierno de Alberto Fujimori se mandó borrar el nombre de Alan García
Artículo en Perú 21 del 14 febrero 2013


Placa recordatoria de la Primera Expedición Científica Peruana de 1988, que contiene versos de Vallejo y que al ser dejada en el Estrecho de Bronsfield el 23 de enero de 1988, llevaba conspicuamente el nombre de Alan García (Foto de la izquierda) pero que no figura en la foto de la derecha.

Por angas o por mangas, la visita del presidente  Ollanta Humala a la estación científica Machu Picchu, en la Antártida, sigue generando polémica. La colocación de una placa recordatoria que, según el aprista Jorge del Castillo, reemplazó a otra que llevaba el nombre del expresidente Alan García.

Sin embargo, diversas fuentes diplomáticas y científicas  aseguran que en el gobierno de Fujimori se mandó borrar el nombre de García de la placa colocada en una piedra que fue llevada desde la ciudadela Machu Picchu.

Como lo muestra la  foto de la Expedición Antar en verano de 2010, el nombre de García ya no estaba en la placa. Keiko Fujimori hizo un viaje con una comitiva oficial. Para esa visita se habría borrado el nombre de García.



4 de enero 1988: Se promulga la Ley General de Pesquería: Ley N° 24790. (La ley 24790 trata de cubrir todos los aspectos relacionados con la pesca y reglamentarlos, al parecer sin tomar en cuenta que en el mar peruano hay mas de 15,000 embarcaciones pesqueras de las que en exceso del 90% son artesanales y un elevado porcentaje, informales e ilegales)


4 de enero 2009: En la Estación Naval de La Perla se lleva a cabo la ceremonia de inauguración de la Oficina de Trámite Documentario de Acceso a la Información Pública de la Marina de Guerra (TUPAM). 
























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