El Instituto de Estudios Histórico - Marítimos del Perú inaugura la Tercera Parte de la Historia Marítima del Perú, que comprende el periodo de 1919 a 1980, en diez volúmenes. Pone ahora a consideración de la comunidad académica y el público en general el primer volumen de esta Tercera Parte: Tomo XIV, v. 1.
Raúl Palacios Rodríguez
Historia
Marítima del Perú: La República 1919 a 1930
Lima, Instituto de Estudios Histórico-Marítimos del Perú,
2015.
1034 p. ilus.,
mapas, retratos
El año 1919, el Perú, un país devastado por la Guerra del
Pacífico a fines de siglo, había estado destinado
a vivir una larga penuria, con la ardua tarea de reconstruir un país en ruinas, perdidas las bases de su
otrora fuente de riqueza: el guano y el salitre, ya en 1890 se vislumbraba una evidente recuperación económica y una
intención de modernizar el país.
Al revisar la historia de nuestro país se asume con un
nuevo concepto: su , inclusión dentro de la historia mundial, en cuanto aplicado a
la generación de la humanidad comprendida entre 1914 y 1968, con un sentido mucho más preciso que el que se
aplica a las generaciones anteriores. La
historia reciente ahora es la expansión del poderío e influencia europeos por
todo el mundo y sus diversas
consecuencias: en el mundo de ahora todo
acontecimiento crítico en cualquier sitio es también de importancia
para los otros países del globo. La historia nacional y la local se
hallan sutil e intrincadamente vinculadas y entretejidas, y el estudio de la
una ilumina, por lo general el de la otra.
“Al historiador le incumbe examinar la transformación de
las condiciones materiales debida a los desarrollos en la ciencia y en la
tecnología, en la organización económica y social y en el comercio y las
inversiones internacionales. Debe
intentar describir y analizar semejantes transformaciones de manera que ponga en relieve su
significación mundial y las relaciones que guardan respecto a los cambios
políticos y culturales. Las técnicas y
la organización de la ciencia moderna de la guerra deben encontrar un sitio en el análisis, puesto que el
periodo incluye dos conflictos armados
mundiales.”
Movimientos como el nacionalismo y el socialismo, originados
mucho antes de 1914, se han extendido a otras partes de la tierra, a partir de
ese año. En diversidad de formas el
comunismo y el fascismo han invadido a Europa y han penetrado en partes de
Asia, África y América. Los ideales de
la seguridad social, de la democracia económica y del Estado benefactor se han
convertido en conceptos que revisten alcance universal
El escenario mundial de 1919. Alemania, en plena
revolución, solicitó un armisticio el 11 de noviembre de 1918, poniendo fin a
la guerra con la victoria aliada. La quinta conflagración conflicto más mortífera sufrida por la Humanidad
había concluido. La convulsión que provocó la guerra, dejó un terreno propicio
para emprender grandes cambios
políticos, revoluciones, de tal trascendencia que dieron un nuevo rumbo al
mundo. La revolución Rusa concluyó con
la creación del primer Estado autodenominado socialista de la historia. El
Reino Unido que has la entrada al nuevo siglo dominaba el mundo tecnológico,
financiero, económico y sobre todo político, con Alemania y Estados Unidos a la
zaga, disputándole el predominio
industrial y comercial.
Como consecuencia de la guerra se produce un
proceso de descolonización que lleva a un primer declive de la
influencia de Europa en las colonias y una expansión de Estados Unidos, el
mayor beneficiado de la guerra junto con Japón, ambos ocuparían ahora un lugar
destacado en la escena internacional.
Gran Bretaña, que durante la contienda había sido, respecto de la financiación
exterior de los gastos que esta demandaba, el banquero de sus aliados debido a
su posición privilegiada de gran Imperio. A medida que avanzó el conflicto,
encontró cada vez más dificultades para desempeñar ese papel, por lo que empezó
a recibir dinero de Estados Unidos, que pasa a ser el gran acreedor,
adquiriendo peso como potencia mundial.
Por la guerra, el resto del mundo se favoreció porque creció la demanda bélica. Países como
los de América Latina, situados fuera del escenario principal de los
acontecimientos, vieron abierto su
mercado de exportación de materias primas. La guerra el principal factor de su expansión económica. Se abrieron
perspectivas de exportación para cubrir la demanda de las empresas dedicadas a
nuevas industrias que proveían bienes y servicios al ejército. En todo caso, se
trataba de una demanda distorsionada que
permitía vender a precios altos, alimentos, materias primas, y productos
industriales. Estados Unidos, el único
país industrializado fuera de Europa, abastecía la demanda de los que peleaban,
y su mercado de materias primas era América Latina. La guerra favoreció la expansión de la exportación de materias
primas y alimentos, la base de su participación en el mercado mundial. Por otro
lado, el vacío generado por el retiro de capitales británicos en la región,
permitió el posicionamiento de capitales privados estadounidenses.
Esperanza
Navarro Pantac
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